Imaginario Bielsa: porqué Jorge Valdivia desde el comienzo

Con Jorge Valdivia en la cancha, Chile gana en ocasiones de gol. Por partido, tal como los grandes goleadores, el Mago es capaz de cambiar el resultado con un par de habilitaciones. Para los que creen que el 10 de Chile es un conductor, yo acotaría el tema: el Mago es un habilitador por excelencia y no conduce el juego, más bien antecede jugadas que por el azar del fútbol podrían ser gol.

Pero una de las principales falencias del desarrollo de Valdivia para el esquema Bielsa es el etnocentrismo de su fútbol. No porque el Mago sea goloso y no le pase el balón a compañeros, sino porque  su existencia se hace predecible al concentrar el juego en su talento. Paradójico: a pesar que su característico fútbol parece predecible para los rivales es súmamente efectivo y al contrario, se vuelve impredecible a penas gira, toca de primera y avanza.

¿Qué tan certera fue la Selección Argentina de Bielsa en Corea Japón 2002 sin un verdadero habilitador? La respuesta está en la eliminación en primera ronda de los trasandinos y en la crítica especializada. Los albicelestes sumaron gran volúmen en ataque pero con poca asertividad en los últimos metros. Por eso, con Valdivia el juego ofensivo es efectivo, claro que depende de la cualidad de los delanteros y carrileros que se sumen. Ahí destaco las asociaciones ilícitas (en el imaginario Bielsa) que forma con Jean Beausejour, Aléxis Sánchez y Humberto Suazo. Más atrás, sólo con Rodrigo Millar puede darse ese complemento. El Payaso toca bien trechos cortos, avanzando frontal y diagonalmente la cancha, buscando devolver de primera y de segunda una pared.

Si de aprensiones se trata sólo los berrinches adolescentes que protagonizó en la cancha nublan el paraíso futbolístico que ofrece el Mago. Es más, creo que su juego es tan superior al de Fernández que no necesita de 90 minutos para establecer diferencias a favor de la Roja.